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Domingo, 13 de octubre 2019
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Dos de dos. En casa. Ante rivales de Euroliga. David versus Goliath. La historia se repite. Esta vez, no hay que negarlo, con el sabor enriquecido al tratarse del pulso más cercano, entre desiguales. Le sienta bien el disfraz de cordero, a caballo entre el despiste y la autodefensa. Limitar presiones, aunque en el reverso de la pizarra de Álex Mumbrú se adivina el lema.
Que cada cual maneje a su conveniencia agravantes y atenuantes. La realidad es que un recién ascendido de la LEB, con un quinteto en pista con ese marchamo desde el final del tercer cuarto a bien avanzado el último, le ganó por derecho a un Baskonia que quiso y no pudo. Sin ampararse en el triple. Quizá eso alteró los planes de los de Zurbano. No imaginaban la osadía de dar el visto bueno al cuerpo a cuerpo ordenado en el banquillo local.
Ver la estadística final con un claro dominio reboteador, con 15 capturas en ataque, es como para plasmarlo en imagen y hacerse camisetas. Es un rango que habla de la valentía, de la decisión, de los 'bemoles' aportados en cada lance. Desde la premisa de ser inferiores en caché, kilos y centímetros, puesto por puesto, una realidad. Cuando ambos cincos iniciales asomaron en pista costaba pasar la saliva. Rousselle-Henry, Rafa Martínez-Garino; Bouteille-Shields, Sulejmanovic-Shengelia y Balvin-Fall.
RETAbet Bilbao Basket
(18+24+15+22): Rousselle (3), Rafa Martínez (7), Bouteille (8), Sulejmanovic (2) y Balvin (13) -cinco inicial- Schreiner (4), Jaylon Brown (11), Sergio Rodríguez (2), Kulboka (7), Cruz (10) y Lammers (12).
79
-
75
Kirolbet Baskonia
(14+26+15+20): Henry (13), Shields (11), Garino (5), Shengelia (14) y Fall (6) -cinco inicial-, Stauskas, Janning (10), Pollonara (3), Diop (13) y Eric.
Árbitros: Jacobo Rial, Luis Miguel Castillo y Jordi Aliaga. Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Endesa disputado en un Bilbao Arena de Miribilla casi lleno con 9.047 espectadores, según datos oficiales. Entre ellos unos 150 seguidores baskonistas.
Los hombres de negro se dedicaron a intentar jugar, a sacar fruto de su desobediencia deportiva para mostrarse sumisos ante un presupuesto al que nunca podrán aspirar. Las cosas como son, distintas en todos los aspectos a uno y otro lado de la muga interprovincial. Aquí fajamos con lo que tenemos.
La bola puede pasar más o menos por el aro, pero ya parece incuestionable que este Bilbao Basket tiene un gen guerrero trufado de talento. Nadie sigue sin ser más que el de al lado.
Hablamos de una actuación notable para un equipo que se quedó en 4 de 22 desde la línea mágica. Más mérito. Entre Rousselle, Brown y Schreiner se cascaron un 0 de 11 y no pasó nada. Lo paliaron cosechando rebotes largos, jugando a la mano y mordiendo para incomodar a un rival que tuvo que tirar de imaginación para suplantar su déficit de bases. Fue una casilla del juego que a vista de pájaro pudo pasar desapercibida, pero resultó un lastre baskonista de proporciones que se plasmaron en el 79-75 final.
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Sin acelerarse, dando y recibiendo, un RETAbet sólido que durante 40 minutos sólo vio por delante a su vecino dos veces: 0-1 y 50-52. Eso le redime de cuantos pecados veniales pudiera cometer.
Sin héroes, con Brown en varias fases del partido asumiendo balones calientes. El de Indiana taladró, también, el muro de contención vitoriano llevando a la práctica la esencia del pick and roll que diseña durante la semana Javi Salgado, materia en la que se licenció 'cum laude'. Lammers sigue dando gracias a diario por los compañeros que tiene. Y su inteligencia de ingeniero mecánico hace el resto para leer bien los planos.
Por eso,
Con intríngulis. Un mate de Balvin colocaba el 77-73 a falta de 34 segundos y la bola la mantenían los de casa. Las gradas llevaban ya tiempo en ebullición. Calma, precaución amigo conductor. Cuatro pequeños en pista para asegurar el control y Rousselle la pierde ante Jannings (77-75) y el agobio se convierte en una ola gigante. Presión al límite y Henry trata de rebañar la pelota de manos de Brown. Medio partido en el aire. 14 segundos. Otra vez a la tele los colegiados para no pillarse los dedos. Parón de dos minutos. Pareció media hora. Posesión para los de casa.
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