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JUAN PABLO MARTÍN
Lunes, 22 de agosto 2022, 11:59
Llegó a la capital vizcaína varios días antes de que el Surne Bilbao Basket comenzara los entrenamientos con el objetivo de empaparse de la ciudad y de la provincia, y le está gustando lo que esta viendo. Incluso ya se ha atrevido a comenzar con un 'egunon' –buenos días– su presentación como culquier otro hombre de negro. «Bilbao es una ciudad que vive el baloncesto. Siempre que he jugado como rival se ha notado el cariño de la afición hacia sus jugadores y es una suerte formar parte de este club».
Francis Alonso –Málaga, 26 años– está cómodo con lo que ha visto tanto fuera como dentro de la cancha hasta el momento y cree que puede encajar perfectamente en el rol que le asigne Jaume Ponsarnau. Ha calificado como «fácil» decantarse por la propuesta que le trasladaron desde la entidad porque es una persona que, «por cómo me han educado, se rige por valores», y éstos coinciden con los del club y la ciudad. «El respeto, el trabajo, ser humilde...». Y quiere corresponder a la apuesta que han realizado por él. «Estos últimos años he intentado dar el máximo y han sido muy importantes. Llegar aquí es un reto muy importante que voy a asumir con mucha ambición para seguir progresando y ayudar a conseguir nuestros objetivos».
No es solo un tirador como indican sus números hasta el momento. Desde pequeño, su manera de ver el baloncesto siempre fue con una mentalidad de base, «pero a medida que pasaba el tiempo mis recursos para anotar sobresalieron y entonces jugué en función de lo que el equipo me pedía». En su etapa universitaria en Estados Unidos su facilidad de ver el aro fue lo que tuvieron más en cuenta, pero cuando el director deportivo, Rafa Pueyo, le llamó también hablaron de la posibilidad de dirigir el equipo. «Es algo que yo siempre he tenido en cuenta. Como jugador siempre me ha atraído hacer feliz a los demás y echaba de menos mirar el baloncesto de ese modo».
Considera que el Surne ha construido un plantilla con jugadores muy versátiles «y eso nos hace muy peligrosos como equipo. El club siempre se ha caracterizado por un baloncesto muy alegre y mi aportación va ser buena en ese aspecto». También ha reconocido que la defensa es algo que «siempre tengo en mente seguir trabajando».
Se ha integrado bien en la plantilla tras los cuatro días de trabajo que llevan por la química que ha encontrado en ella. «Son personas muy fáciles en ese aspecto porque te ayudan en todo y hacen que te sientas como en casa». Aunque todavía no están todos, se ha encontrado un grupo con «mucha ambición y motivación». «A algunos de ellos ya los conocía, no tanto a los extranjeros, pero ellos también han sido los primeros que han intentado que me sienta como uno más, y los pocos días que llevamos he visto muy buenas cosas que, a medida que vayan llegando nuestros compañeros irá todo mejor».
Ha constatado que, sobre todo a los integrantes de la plantilla del año pasado están construyendo el camino para dar otro paso más esta campaña. «Nos han enseñado que esa es la mentalidad. Seguir avanzando y creciendo como club. Sabemos que no se puede hacer un día porque hay jugadores nuevos, pero los que llegamos queremos aportar para hacer que el baloncesto en esta ciudad siga creciendo Estoy seguro de que vamos a tener un muy buen año».
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