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A pedir de boca

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Pedro Urresti

A pedir de boca

Victoria contundente del RETAbet ante un Palencia sobrepasado, que allana el camino de los hombres de negro hacia los play-off como cabezas de serie

J.M. CORTIZAS

Domingo, 31 de marzo 2019, 11:54

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Uno de esos días en los que todo sale a pedir de boca. Hay que valorarlos, por escasos. Victoria contundente, espectáculo muy entretenido para más de seis mil aficionados, segundo puesto en solitario y la ecuación para

Es indudable que el Bilbao Basket va in crescendo. No sólo porque lo diga su racha abierta de cuatro victorias seguidas. Álex Mumbrú sigue dando vueltas a la tuerca de la implicación y tiene a todos sus efectivos enchufados, con el pique sano por ser cada cual más útil al grupo. Se nota atrás, donde los rivales sienten que la defensa es una actitud, un estado de conexión mental entre los cinco compañeros en pista.

Ser poderoso en el rebote y mejorar notablemente los porcentajes de tiro van en el mismo lote. Parece que son estaciones incomunicadas por la misma vía, pero se combinan para que el RETAbet avance multiplicando sus leguas. Con Brown como primer ejecutor enchufado y Schreiner leyendo bien el prólogo, los de Miribilla abrieron fuego y establecieron una primera tacada para irse 14-5 en el luminoso.

Aprendieron los anfitriones a convivir con esas atípicas reglas del juego y convirtieron el mosqueo por no ser medidos por el mismo rasero en energía, rabia y ambición.El aro empequeñecía cuando apuntaban los palentinos, que dejaron una buena muestra de airballs en Miribilla. Aunque Vasturia se ponía en faena sacando sendos dos más uno, acabó mimetizado entre la nada. Sólo había un equipo sobre el parqué bilbaíno y era el de casa. Matulionis y Demetrio mantenían el listón inalcanzable y Larsen se desquitaba de su frustración en jornadas anteriores y con su oficina permanente instalada en la pintura no dejaba de extender certificados de anotación, casi siempre desde la línea de castigo tras ser objeto de un acoso constante, llegando incluso al derribo.

El partido estaba resuelto y quizá por ello sobraron varios episodios. Los deslices arbitrales seguían con la inquina. Lammers se quedaba en la estadística sin dos soberanos tapones legales, a un muy mejorado Edu Martínez le pitaban hasta por respirar, pero no sucedió lo mismo cuando Zubizarreta ponía precio a la cabeza de salgado. Una cosa es seguir con el plan trazado por Carles Marco de intentar desestabilizar al de Santutxu. Hasta ahí, de acuerdo.

Cruz fue el ejecutor del Palencia. El madrileño se puso tibio con su muestrario de opciones al poste bajo. Demetrio y Larsen acabaron acumulando el trabajo interior con Lammers reservado para futuras ocasiones.

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