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Nymburk - Bilbao Basket | Champions League Jornada 1: directo y crónica
Nymburk - Bilbao Basket | Champions League Jornada 1

El Bilbao Basket se acostumbra a ganar

Los hombres de negro mejoran en la segunda parte para arrollar al Nymburk en su estreno en la Basketball Champions League

Robert Basic

Bilbao

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Martes, 4 de octubre 2022, 18:05

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Después de ganar al Joventut y al Betis en la Liga Endesa, el Surne Bilbao Basket talló ayer también su primera muesca en el arma reglamentaria que piensa usar en la Basketball Champions League (BCL). Los hombres de negro pasaron por encima del ERA Nymburg en Praga y abrieron su décima participación en una competición internacional con una victoria contundente en el parqué del Kralovka Arena de la capital checa. Mucho más holgada de lo que cabía esperar tras una mala primera parte, más oscura que una noche cerrada, pero en la reanudación los vizcaínos dieron un paso al frente y se despegaron de un rival que no tuvo ninguna posibilidad de llegar con vida a los minutos finales. Colgados del brazo de un gran Hakanson (16 puntos), los bilbaínos dieron continuidad a su buena racha. Acostumbrarse a ganar es la mejor manera de competir con confianza y fe, y de mejorar.

ERA Nymburk

Stokes, Simmons (6), Palyza (7), Ivanauskas (8) y Watson (2) -cinco inicial-, Gibbs (5), Tuma, Lockett (12), Kriz (4), Kovar y Benda (10)

54

-

68

Bilbao Basket

Hakanson (16), Smith (11), Rabaseda (6), Sulejmanovic y Kyser (11) -cinco inicial-, Radicevic (4), Alonso (10), Reyes, Andersson (8), Withey (2) y Barandalla.

  • Parciales 16-18, 33-30 (descanso); 43-47 y 54-68 (final)

  • Árbitros Lorenzo Baldini (Italia), Dariusz Zapolski (Polonia) y Mihkel Manniste (Estonia). Sin eliminados.

Al Surne le costó entrar en el partido, más frío que una botella de cava en Nochevieja. Tampoco el Nymburk desplegaba un baloncesto que invitaba a agarrarse a la butaca y así, entre ambos, intercambiaban errores y de vez en cuando acertaban en la pintura rival. Los hombres de negro empezaron algo más entonados dentro de un desbarajuste generalizado, con Hakanson, Rabaseda y Kyser tirando del carro. Los checos habían hecho los deberes en el 'scouting' y no dejaban ni respirar a Adam Smith, quien abrió la lata con un tiro de dos y luego vivió en silencio. Hizo algo de ruido después, menos del que suele generar, pero su mano sigue ahí.

Los vizcaínos encajaron un parcial de 7-0 y se vieron seis abajo por culpa de un afilado Lockett (16-10), pero un par de canastas de Hakanson y de su compatriota Andersson dieron aire al equipo, que cerró el cuarto inicial dos arriba gracias a una conversión de Francis Alonso (16-18). Aún así, las sensaciones no eran del todo buenas y todavía las empeoraba el porcentaje de tiro: un 7 de 21 en lanzamientos de campo, con un 3 de 11 en intentos de dos. Una anomalía que pedía a gritos una reacción, un ajuste de mira y muñecas seguras. El mejor ejemplo de lo que ocurría tenía nombre y apellidos, Emir Sulejmanovic. El guerrero bosnio había hecho un cero de seis en el cuarto inicial –terminó con un cero de ocho–. Ponsarnau le sentó, le animó y le siguió dando minutos. Así se recupera a un jugador de campanillas, que acabará siendo dominante.

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A los hombres de negro les costaba que su juego fluyera. Lockett seguía facturando –se fue al descanso con 10 puntos sin fallo– y el veterano Benda picaba piedra con excesiva facilidad en la pintura. Hakanson y Kyser mantenían el nivel y empujaban la roca cuesta arriba. El pívot americano puso tres tapones en la primera parte –acabó con cinco gorros–, además de coger dos rebotes y meter seis puntos. El sueco llevaba siete, pero el equipo no lograba arrancar los motores y despegar en Praga. Otro parcial de 8-0 en contra dio la máxima ventaja a los checos (31-22), pero la sociedad nórdica que trabaja vestida de negro suturó la brecha y la dejó en tres de desventaja antes de irse al descanso (33-30).

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Tras el paso por los vestuarios, la mirada del Bilbao Basket estaba afilada. Cortaba. Más intensos y acertados, los bilbaínos empezaron a imponer su ley gracias al acierto del 'agente Smith'. Había vuelto con un puñado de puntos en un abrir y cerrar de ojos y enseñó el camino hacia la victoria. Señalizado e iluminado. El Surne se puso cuatro arriba (41-45) y el técnico local Roberts Stelmahers pidió tiempo muerto porque amenazaba tormenta. No pudo detenerla. Descargó con furia y se llevó por delante a sus jugadores. Los de negro fluían, la red tragaba la pelota naranja con frecuencia y la distancia se convertía en insalvable para un Nymburk amortizado.

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Kyser secundó de maravilla a Hakanson con 11 puntos, cuatro rebotes y 17 de valoración. Cuando el sueco clavó un triple para poner a su equipo seis arriba (47-53), no hubo vuelta atrás. La franquicia de Miribilla se olvidó de una primera parte horrorosa y firmó una segunda solvente, propia de alguien quien sabe de lo que va este negocio: dejó a los checos en 21 puntos en 20 minutos. Llegaron a ir 16 arriba y acabaron con un más 14. La música sigue sonando en un comienzo de curso envidiable. ¿Lo mejor? Saber ganar en una tarde gris.

).

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