Van nueve. Una marca de victorias que en todos los precedentes salvo uno se ha traducido en clasificación para la Copa del Rey, objetivo que ya toca con sus dedos el Bilbao Basket. El mismo botín que la marea negra le recordó desde las gradas para insuflar ánimos cuando el partido contra el Obradoiro se estancó en el segundo cuarto. Cambio de aspecto táctico el equipo de Sito Alosno, marcando tiempos diferentes. Con el primero, Raúl de regreso a la titularidad y Dejan Todorovic como secante de Corbacho, los locales lograron llevar el duelo a su terreno, a una percepción del juego con la que se sintieron cómodos y avalados por la eficacia triplista. Lograban que Hervelle quedara liberado en una esquina y el belga certificaba que tiene puntería desde la línea mágica, mientras Mumbrú decoraba sus canastas a aro pasado.
Con las rotaciones fue serpenteando el encuentro. Rafa Luz hizo bueno su apellido e iluminó a un Obradoiro hasta entonces perdido. Junto al checo Pumprla se echaron a la espalda la pesada mochila y con un evidente aumento de la intensidad defensiva -sólo concedieron cuatro canastas de campo- contestaron el repaso recibido en el primer acto. Mucho de lo logrado por los gallegos tuvo que ver con la mejora del rebote y la barrera bajada que frenó la tendencia a correr del Bilbao Basket. Muy cómodos en ataque, firmaron sólo tres fallos en tiros de campo los santiagueses.
Nueva vuelta de tuerca de Alonso en la reanudación, apostando por tener a los dos bases al unísono en la cancha. Podía peligrar la marca sobre el hasta entonces inédito Corbacho -acabó pasando desapercibido por el gran trabajo desarrollado en su defensa-, pero era mucho más lo que los hombres de negro podían ganar en control, en recuperar el aspecto más sólido de su juego. Raúl fue quien asumió el mando, la responsabilidad de seguir insistiendo en el tiro desde posiciones francas. Dos triples suyos, uno de Colom tras una recuperación volando por los aires el 'mago de Vic' y un jugadón de fantasía culminado con otra canasta de tres de Andjsuic allanaron el camino. Y en el arranque del último tramo, Raúl aportaba su cuarto triple y Dejan Todorovic se despojaba del lastre de la indecisión y consumaba la victoria con nueve puntos en los que la valentía fue su tarjeta de visita.
Sito Alonso premió a los suyos con las sustituciones en los minutos finales y una de las ovaciones de la matinal se la llevó Latavious Williams, que disputó así su último partido en Miribilla como local, ante su inminente marcha a Turquía. El equipo le buscó con generosidad para que destacara en ataque, sumó 6 puntos y 7 rebotes y el público le demostró que cuando se va de cara, como ha sido su caso, todo se entiende y respeta. El Bilbao Arena como sinónimo de felicidad. Y la Copa tan cerca que ya no se puede escapar.
La jugada del partido corrió a cargo de Colom. Empezó con un pase a la media vuelta y sin mirar para Marko Todorovic que la echa para Andjusic, que culmina la jugada con un triplazo.
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