El 13 de abril, después de ganar a todo un Real Madrid, las luces de Miribilla se apagaron y se encendió el marcador principal, el cubo suspendido encima de la cancha. En las cuatro pantallas empezó a proyectarse un vídeo en el que hablaban familiares, amigos, músicos, excompañeros, entrenadores y hasta políticos. Todos ellos tenían un mens
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