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Lenovo Tenerife - Bilbao Basket | Liga Endesa Jornada 3: Hasta que aguantaron las fuerzas
Lenovo Tenerife - Bilbao Basket | Liga Endesa Jornada 3

Hasta que aguantaron las fuerzas

El Surne mejora y desafía la lógica en Tenerife, donde llegó con vida al último cuarto y entonces se quedó vacío

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Sábado, 25 de septiembre 2021

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Tan cerca, tan lejos, con un derroche de energía espectacular que se secó en el último cuarto de un partido en el que el Surne Bilbao Basket desafió la lógica. Hasta ahí llegaron con opciones los hombres de negro, todo ambición y corazón, que acabó aplastándoselo un Lenovo Tenerife interminable en sus recursos e incansable en su trabajo de demolición. La cadencia de sus golpes iba 'in crescendo', mientras que la de los vizcaínos perdía potencia con el paso de los minutos. Nada que reprochar a los jugadores de Álex Mumbrú en su duelo con uno de los gigantes de la Liga Endesa, quienes dieron un gran paso adelante respecto al simulacro del encuentro del jueves. Eso sí, no les llegó para tumbar a los canarios. Salin, Shermadini, Marcelinho y Fitipaldo fueron demasiado para un equipo que mandó y resistió hasta los últimos diez minutos, período clave en el que se quedaron vacíos. Huecos. Solo Goudelock aguantó de pie y respondió con fuego al incendio insular, pero bastó para sofocarlo.

Había una necesidad vital de dar un paso adelante después de la caída al abismo frente al Zaragoza. Evidentemente, el Tenerife se presentaba como un mal cliente para hacerle pagar los platos rotos, pero la tarea de los hombres de negro pasaba por recuperar sus señas de identidad y jugar un buen baloncesto. «Sin corazón y deseo no somos nada», dijo Álex Mumbrú nada más certificarse el desastre ante el conjunto maño. De ahí que el equipo precisaba reivindicarse más allá del marcador, en la pista, donde el trabajo y la actitud fueron innegociables. Un Surne sin morder es como un león sin dientes, un rugido que no mete miedo. Y en el Santiago Martín rugieron de verdad, con todo lo que tenían, pero se quedaron sin voz justo cuando se decidía la batalla.

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El equipo fue a por todas desde el segundo uno. Guerreros vestidos de jugadores de baloncesto. Goudelock y Masiulis dieron una lección de efectividad con nueve y siete puntos sin fallo, respectivamente. La 'mini mamba' escupía veneno, el lituano se colgaba y metía con facilidad, Miniotas era un titán bajo los aros -siete rebotes en poco más de siete minutos- y Delgado se pegaba con el mundo. Todo funcionaba con la precisión de un relojero suizo, con la lección bien aprendida. La intensidad defensiva era la adecuada, se atacaba con criterio y el Tenerife sufría para contener el ímpetu de los hombres de negro. Los bilbaínos se marcharon 11 arriba (9-20), pero los isleños apretaron. Fitipaldo entraba en combustión y Salin estaba a punto de abrir el tarro de las esencias. Los de Mumbrú siguieron a lo suyo y bajaron la persiana del cuarto inicial con una ventaja de ocho puntos (16-24).

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El técnico barcelonés sentó a Goudelock tras meter su noveno punto sin fallo. Buscaba frescura con las rotaciones. Dos tiros libres convertidos por un errático Bigote -terminó lesionado en una mala caída y habrá que ver cómo está su rodilla- y otra canasta de Delgado devolvieron la máxima ventaja a los visitantes (17-28). Entonces se encendió Salin. El finlandés entró en trance con 11 puntos en el segundo cuarto, nueve de ellos desde la línea mágica, bien apoyado por la veteranía de Marcelinho Huertas. El Tenerife cosía la brecha, aunque el Surne tampoco daba puntada sin hilo. Un buen ejemplo de ello fue una acción de Reyes, quien peleó un balón perdido como un tigre y luego clavó un triple para poner a los suyos nueve arriba (30-39). Fitipaldo y Salin escupían fuego -este último acabó con 22 puntos y 21 de valoración-, aunque los de negro consiguieron marcharse al descanso tres arriba (40-43). Todo corazón. Lo pusieron en la pista y en las manos de Mumbrú. Palpitaba.

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El paso por los vestuarios sentó mejor a los canarios. Una canasta de Shermadini, cada vez más grande e imparable en la pintura -terminó con 19 puntos y 26 de valoración-, significó el 45-44 y la primera ventaja de los de Vidorreta en todo el partido. No duró nada porque Masiulis, por fin entonado y en su sitio, clavó un triple. Bigote seguía perdido en sus guerras imposibles y Salin hacía daño. El Surne perdía potencia con el paso de los minutos, algo lógico dada la entidad del rival, y Rousselle cometió pronto la tercera personal. Una falta fortuita que los árbitros sancionaron como antideportiva. Ver para creer. Marcelinho impartía clases de basket -11 puntos y 10 asistencias a sus 38 'tacos'- y con un juego coral impulsaba al Tenerife. Guerra colocó a los isleños seis arriba (68-62), pero Masiulis dejó al Surne a solo dos a falta del último cuarto (68-66). Había pulso.

Estaba todo por decidir, pero los hombres de negro llegaron vacíos a los minutos de la verdad. Quisieron, pero no pudieron. Depósito en rojo, manos temblorosas. Solo seguía firme la de Goudelock, autor de 22 puntos. Con el 84-79, Miniotas falló los dos tiros libres -se erraron seis en este cuarto-. Ahí murió el Surne, pero dejó claro que va a resucitar.

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