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Miribilla les mete en la gran final

Un parcial de 10-0 en el inicio del último cuarto le da al RETAbet el margen que necesitaba para adueñarse de un partido esquivo que el Melilla supo batallar

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Sábado, 1 de junio 2019

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Cuarenta minutos menos. Sólo quedan los últimos. Se acerca la bandera a cuadros y el RETAbet se niega a que nadie le tome el rebufo. En una carrera de eliminación llega a la vuelta definitiva. Estar es ya un triunfo que tuvo que sudar en el infierno. Pero es el suyo.

Que ambos rivales han aprovechado bien el tiempo estos diez días es un hecho que habla maravillas de su capacitación. Pizarras bien enceradas con el rotulador mostrando rumbos, derivas y coordenadas. Nada quedó al pairo.

Retabet

Schreiner (8), Brown (9), Matulionis (3), Demetrio (8) y Larsen (15) -cinco inicial-; Salgado (7), Rigo, Huertas (4), Edu Martínez, Cruz (6) y Lammers (15).

75

-

68

Melilla

Franch (13), Gilling (2), Agada (18), Gjuroski (5) y Dos Anjos (13) -cinco inicial-; Javier Marín (7), Txemi Urtasun (7), Rubio, Vucetic (3) y Balaban.

  • parciales: 18-18, 38-38 (descanso); 55-58 y 75-68 (final).

  • ÁRBITROS: Palomo Cañas, López Herrada y Lucas Martínez. Eliminaron por cinco faltas a Dos Anjos.

  • INCIDENCIAS: Segunda semifinal con lleno en Miribilla.

Para conseguirlo dinamizó una lucha de alternancias. La secuencia en los primeros diez minutos fue, en las tacadas, de 5-0, 0-9, 7-0, 0-4. S

Apagado y bien frenado el nigeriano, en cuanto espabiló y formó sociedad en la pintura con Dos Anejos activó la ambición melillense. Emergió un equipo disciplinado,

En el bando local, las dos faltas prematuras de Schreiner alteraron la hoja de ruta inicial. Mumbrú activó a Rigo con protagonismo estelar defensivo y, aunque el balear se trastabilló de entrada, acabó por ofrecer esa verdad tan suya sobre el parqué. Brown y Urtasun se buscaban y rebuscaban y la contienda era imposible que se decantara por un dueño. Hasta llegó Alcoba a hacer trabajar la capacidad de reacción de Mumbrú cuando jugó sin bases.

El 1-11 en las visitas de unos y otros a la línea del castigo hasta el descanso preocupaban. En el segundo acto siguió sin romperse la baraja y la alternancia coincidió entonces con las ventajas que sacaron ambos a raíz de pedir tiempos muertos. Se jugaba a la piedra, un partido carente de triples (cinco en total al descanso).

Lammers muy superado, dejó su papel estelar para el trabajo a destajo de Larsen, un barrenador en la pintura melillense. Todo pasaba por encontrar un golpe de riñón para demarrar y coger metros de ventaja y aire limpio.

Había activado Mumbrú a Huertas en los instantes finales del tercer cuarto y le mantuvo en pista en el inicio del último junto a Salgado y Rigo. Dos alimañas atrás y el de Santutxu para activar a Demetrio y Lammers, obligados los postes a dominar el rebote.

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