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Bilbao Basket - Lenovo Tenerife | Liga Endesa Jornada 32: directo y crónica
Bilbao Basket - Lenovo Tenerife | Liga Endesa Jornada 32

Miribilla, el epicentro de la felicidad

Un inmenso Ángel Delgado, con un estratosférico 44 de valoración, guía al Bilbao Basket hacia la victoria ante el Tenerife de Txus Vidorreta y permite a los hombres de negro mantener vivo el sueño del play-off

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Miércoles, 27 de abril 2022, 19:32

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Txus Vidorreta tenía razón. «De cordero no tiene ni la piel, el Bilbao Basket es un lobo». Y el lobo, hermoso, enseñó los colmillos y los hundió en la yugular del Tenerife. Otro gallo decapitado en el matadero de Miribilla, cementerio de gigantes, que vivió una noche inolvidable. Después del Valencia y el Real Madrid, el Surne también derritió a los isleños en el infierno. El encargado de subir la temperatura fue Ángel Delgado, quien hizo una obra maestra. Con decir que acabó con un 44 de valoración, la cifra más alta en la historia del club, se entiende la magnitud de su actuación. Espectacular. Los hombres de negro tallaron de paso su decimoquinta muesca en su vara de victorias con la que mantienen viva la llama del play-off. Sigue siendo complicadísimo, pero a estas alturas de la película a nadie se le ocurre retirarles la licencia para soñar.

Uno puede llamarse Ángel y ser un demonio. Delgado es puro fuego y quema todo a su alrededor, olor a azufre, el perfume anunciador de una presencia endiablada. Juega con las pinturas de guerra puestas y no hace prisioneros. El Lenovo abrió el partido con un par de triples de Doornekamp y Fitipaldo, un 0-6 al que respondió dominicano e invitó a sus compañeros a ponerse el mono de trabajo y bajar a la mina. Allí, rodeado de cuerpos, brazos, músculos, kilos y centímetros es donde se gana el jornal el pívot. No tardó nada en facturar seis puntos, cuatro rebotes y dos asistencias para ponerse con 12 de valoración en el amanecer del partido. Solo era el comienzo de una noche histórica. Le tocaba fajarse con Shermadini y Guerra, pero el caribeño se pegaba con todos sin importarle los apellidos. Así conjuga él el verbo competir, al igual que el Bilbao Basket, subido a lomos de un purasangre que paró el contador en 27 puntos, 11 rebotes, dos tapones y dos asistencias.

Surne Bilbao Basket

Rafa Luz (8), Goudelock (8), Walker (8), Masiulis (6) y Delgado (27) -cinco inicial-; Rousselle (7), Hakanson (6), Reyes (5), Inglis (5), Withey (7) y Peno.

87

-

79

Lenovo Tenerife

Fitipaldo (13), Salin (3), Todorovic (3), Doornekamp (3) y Shermadini (20) -cinco inicial-; Huertas (7), Sastre (8), Sergio Rodríguez, Sulejmanovic (10), Guerra (12) y Borg.

  • Árbitros Óscar Perea, Javier Torres y Carlos Merino. Eliminado por faltas Rousselle (m.35).

  • Incidencias Partido adelantado de la jornada 32 de la Liga Endesa disputado en el Bilbao Arena de Miribilla ante 5.194 espectadores, según datos oficiales

Los canarios empezaron mandones, colgados de la percha de Shermadini y sincronizados con la muñeca de Fitipaldo. Los hombres de negro, desvinculados de los problemas clasificatorios, cosían su baloncesto con pulso firme. Es lo que tiene la tranquilidad. Masiulis enseñó la patita con un triple limpio como la lágrima de un bebé y un par de tiros libres, apoyado por un intermitente Hakanson y Withey. Un parcial de 10-2 permitió a los de Mumbrú dar la vuelta al marcador y cerrar el cuarto inicial uno arriba (22-21). Una pequeña victoria.

Los de negro abrieron el segundo acto con un triplazo de Álex Reyes -lo necesitaba el extremeño, muy presente en el apartado reboteador- y dos tiros libres convertidos por el propio alero para ponerse seis arriba (27-21). El Tenerife no sabía cómo defender a Delgado -el aroma a azufre embriagaba Miribilla-, pero gracias a Shermadini, Guerra y Fitipaldo rubricó un parcial de 2-9 que les puso de nuevo en ventaja (29-30). La igualdad era máxima y los dos equipos viajaban en un tren de alta velocidad que amenazaba con descarrilar y dejar fuera al rezagado. Apareció Walker desde la línea mágica, al igual que Rousselle, y el Surne recobró el pulso y color. Se marchó al descanso uno arriba (44-43). ¿Y por qué no? Era la pregunta con la que se fue a los vestuarios y regresó con la versión más diabólica del dominicano. Delgado se echó el equipo a la espalda -Goudelock e Inglis no tenían su noche- e hizo 12 de los 17 puntos del Surne en el tercer cuarto. Era el sol y la franquicia de Miribilla giraba a su alrededor.

El Bilbao Basket disfrutaba del ritmo caribeño y se marchó nueve arriba (56-47). Música celestial. Pero el Lenovo tiene mucho arsenal y lo descargó con furia, sin reparar en balas. Un parcial de 2-13 gracias a tres triples de Sulejmanovic -el bosnio defendió de maravilla a Inglis- rehabilitó a los canarios y les permitió cerrar el tercer cuarto dos arriba (61-63). Pero el volcán Delgado seguía en erupción, una incontenible fuerza de la naturaleza. Con Walker sumando para la causa, bien en su defensa sobre Doornekamp, el Surne se agarró a la mole dominicana. No se soltó ni le movieron pese a la deficiente labor arbitral. Compite con el viento a favor y en contra.

El trío Perea-Torres-Merino pitaba raro y casi siempre en perjuicio de los locales. Mumbrú no aguantaba más y le sancionaron con una técnica. También le cayó otra a Rousselle y Miribilla entró en ebullición. Resonaba entre sus paredes «¡fuera, fuera!». Los hombres de negro no se desconectaron y pisaron el acelerador hasta convertir el Tenerife en un puntito en su espejo retrovisor. Con el 76-73, Luz y Delgado fijaron el rumbo hacia la victoria. La número 15, decimosegunda en Miribilla, el epicentro de la felicidad.

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