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J. F. CACHORRO
Domingo, 19 de diciembre 2021, 11:56
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La marea negra presenció este domingo una vuelta de tuerca más en un Bilbao Basket que en cada partido se prueba para comprobar cómo encajan las piezas en un esquema que no suele repetirse cada semana. Volvió Andrew Goudelock (este domingo firmó 15 puntos) para sustituir a su relevo Khyri Thomas, que estará en el dique seco varias semanas por una lesión. El partido de este domingo estaba sujeto a la necesidad de que los hombres de negro mantuvieran contra el Gran Canaria la intensidad defensiva que les premió contra el Breogán. Nadie dudaba de que si persistía la tensión bajo el aro propio, el Bilbao Basket tenía muchas opciones de sumar un nuevo éxito, su quinto esta campaña.
La afición del Surne disfrutó con un grupo que defiende con todo su canasta y ha mejorado su ataque colectivo. Cada jugador está cosido con su compañero cuando no tienen el balón y esa actitud la sufrió un Gran Canaria que se tropezó con un rival feroz.
Surne Bilbao Basket
Rafa Luz (6), Goudelock (15), Bigote (16), Masiulis (9) y Delgado (14) -cinco inicial-; Peno (6), Hakanson (9), Reyes (14), Inglis (2), Withey (4) y Basterretxea.
95
-
80
Herbalife Gran Canaria
Gran Canaria: Slaughter (15), Ennis (18), Salvó (5), Shurna (20) y Stevic (2) -cinco titular-; Sergi García (2), Kramer (9), Brussino, Ilimane Diop (2), Khalifa Diop (7) y Javier López.
Parciales 24-13, 31-20, 23-16 y 17-31.
Árbitros Daniel Hierrezuelo, Jorge Martínez, Carlos Merino. Descalificado, por dos técnicas Damien Inglis en el minuto 23, y eliminado por faltas el visitante Khalifa Diop en el minuto 34.
Incidencias 7.128 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria José María Rojo, en su día fundador de la Federación Vasca de Baloncesto y exvicepresidente de la Federación Española.
La bonita historia de la quinta victoria del Surne comenzó con un robo compartido por Luz y Masiulis, un triple de Goudelock, dos tiros libres transformados por Delgado y un triple del brasileño. Una presión muy dinámica, sobrada de ayudas, atenazaba a los amarillos, obligados a jugársela desde lejos, pero en Miribilla les falló la puntería. Pero los insulares decidieron reparar aquel desastre y su técnico, Porfirio Fisac, recurrió a las torres Diop para dominar los cielos. El Surne recibió tres tapones y sus penetraciones se frenaron en seco hasta que una reacción colectiva, con el himno de «¡defensa, defensa!» desde las gradas, alcanzó el segundo cuarto con un 24-13 a favor.
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En el siguiente asalto carburó el ataque del Surne a gran rendimiento. Una asistencia de Reyes a Whithey fue el ejemplo del despliegue participativo de los hombres de negro en todas las circunstancias. Dos triples de Reyes aumentaban la llaga en los insulares, que mostraban un pobre porcentaje de un único tiro más allá de los 6,75 logrado de once intentos. El público jaleaba a los suyos coreando a gritos los cánticos rematados con «¡Bilbao!», porque saboreaba la quinta sonrisa del curso. Sendos triples consecutivos de Goudelock y Bigote provocaron el apoteosis. El escolta estadounidense levantaba los brazos para sellar la comunión con la hinchada. Hacía tiempo que en el Bilbao Arena no se vivía un ambiente tan festivo. Un triple de Hakanon y una exhibición defensiva de Inglis, a quien los aficionados ya llaman por su nombre, cerraron el segundo cuarto (55-33). Superioridad absoluta. La marea negra se puso en pie para despedir al Surne camino del vestuario.
Una doble falta técnica por protestar a Inglis supuso la expulsión del francés. Ni la ausencia de su feroz guardián ablandó a un Surne metido en faena. Buenas acciones individuales de Masiulis, Bigote, Goudelock y Peno no daban tregua a los canarios. Withey se vengó con un tapón a Ilimane Diop. Donde las dan las toman. Un mate del gigante californiano levantaba al público de sus asientos. Al término del tercer cuarto, el marcador indicaba un 78-49 para el Bilbao Basket frente a un Gran Canaria que llegó a ir perdiendo de treinta puntos.
Pero los insulares tiraron de orgullo y presionaron en toda la pista en el último capítulo de una historia feliz pero a la que la faltó un final más rotundo. Shurna, Ennis y Slaughter decoraron el resultado contra un Surne este domingo imbatible.
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