Borrar
Un momento del partido.

Ver fotos

Un momento del partido. PANKRA NIETO
Bilbao Basket - Fuenlabrada | Liga Endesa Jornada 6

Muerte y resurrección en Miribilla

El Surne levanta una desventaja de 13 puntos en el último cuarto para soltarse desde el triple y tumbar al Urbas con el empuje de la grada

ROBERT BASIC||

Domingo, 17 de octubre 2021, 12:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Al final se abrazaron. Exhaustos, rotos por el esfuerzo, los hombres de negro chocaron los puños y se juntaron en el centro de la cancha. Una piña exprimida al límite, que sacó jugo de un partido que se le había quedado seco. El Surne murió y resucitó ayer en Miribilla, donde el público fue fundamental para superar todas las adversidades, desde un Fuenlabrada durísimo hasta un trío arbitral desacertado y protestado durante toda la mañana. Sin la fuerza de la marea, el equipo no hubiera levantado una desventaja de 13 puntos en el último cuarto (55-68) y regresado al mundo de los vivos. El pabellón puso al Bilbao Basket de pie cuando estaba de rodillas. El grupo tiró de orgullo y las muñecas de un gran Bigote y Goudelock para anotarse la primera victoria de la temporada. Un triunfo terapéutico cuyos efectos deben calmar la ansiedad bilbaína.

El partido estaba marcado en rojo en la agenda de los hombres de negro, conscientes de que el Fuenlabrada era la plataforma que les conectaba con la rampa de lanzamiento. Las cinco derrotas pesaban como una losa, letales para la confianza y la salud mental de la plantilla. No hay mejor medicina contra la depresión que las victorias, y los jugadores de Álex Mumbrú se hicieron con la receta. Competir presionado no es la mejor manera de disfrutar del baloncesto, como pudo verse con el 1-8 inicial, pero la clasificación obligaba a dar un paso adelante un busca del triunfo. Ya lo tienen. Casi 6.000 almas aportaron en Miribilla un extra de energía al que recurrían los vizcaínos cada vez que se quedaban a oscuras. Y hubo fases sin luz. La grada apretaba el interruptor y alumbraba el camino. Vital.

El Surne entró al partido hecho un flan. Eyenga, Alexander y Emegano hicieron ocho puntos sin despeinarse y el Bilbao Basket precisó más de dos minutos para meter el primero, un tiro libre de Delgado. La marea rugió y los vizcaínos reaccionaron con un triple de Bigote. Aun así, en defensa flojeaban y el Fuenlabrada encontraba fisuras por las que colar su baloncesto. Los visitantes se marcharon ocho arriba (13-21), pero entonces se encendió Reyes. El extremeño descerrajó dos triples como dos soles y encima cobró un tres más uno en el último de ellos. Llovía menos, y la mano que cogió el paraguas fue la de Hakanson. El sueco, inspirado en ataque y defensa, se hizo con las riendas y remolcó al equipo hasta el empate a 23 al final del cuarto inicial.

Poco tardó Cheatham en coger el testigo de Alexander y Eyenga –entre los dos metieron 16 puntos en el primer período–. Abrió el segundo cuarto con un par de canastas de dos. Apareció Goudelock e hizo cuatro puntos, aunque la red no quiso tragarse sus dos intentos desde la línea mágica. Gracias a la 'mini mamba', el Surne por fin tomó ventaja en el marcador y Delgado la amplió (31-27). El dominicano, un guerrero, peleaba cada balón. Acabó con 16 puntos, 11 rebotes y 21 de valoración. Los tiros libres son la cicatriz que afea su juego, pero lo suple con sudor. Los de negro se serenaron y se fueron al descanso uno arriba (38-37).

Noticia Relacionada

El paso por los vestuarios sentó de pena a los de Mumbrú. El Urbas se colgó del brazo de Armand –10 puntos en un suspiro–, pero el equipo reaccionó con Delgado y Bigote para colocarse cuatro arriba (48-44). Y entonces se desconectó. El Fuenlabrada olió sangre, con un increíble Ristic –el pívot serbio de 2'13–, quien enchufó tres triples limpios. El Bilbao Basket acusó el golpe y entró en los últimos diez minutos seis abajo (55-61). Cuando el balcánico acertó de nuevo desde los 6'75 y puso a los suyos 13 arriba (55-68), sonó marcha fúnebre. Entonces Miribilla entró en juego. Bendijo las muñecas de un prodigioso Bigote, autor de 18 puntos, y Goudelock, quienes cosieron a triples a su rival. El francés puso al pabellón de pie con una canasta de dos, el consiguiente robo y un misil enviado desde la línea mágica que significó el 72-73. La grada era una fiesta.

Con el 76-76 y una temperatura ambiente a punto de ebullición, la 'mini mamba' escupió veneno en forma de otro triple. Delirio. Una clamorosa antideportiva que no vieron los árbitros –fueron al instant replay– significó tiros libres y banda. Nadie falló desde la línea de castigo, ni Rafa Luz, ni Hakanson, ni el propio Goudelock. El triunfo, que hubiera sido imposible sin Miribilla, se quedó en casa gracias a un parcial de 30-12 desde aquel menos 13. Ver para creer. Sobre todo, creer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores
Volver al inicio
Actualización disponible

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios