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Los jugadores del Valencia Basket hacen piña antes de un encuentro.
La motivación de ganar donde nadie lo ha hecho
baloncesto | 19.30H.

La motivación de ganar donde nadie lo ha hecho

El Dominion recuerda a su llegada a La Fonteta que tuvo al invicto Valencia contra las cuerdas en Miribilla y le dejó vivir

josé manuel cortizas

Sábado, 30 de enero 2016, 23:51

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Tiene su punto, para qué engañarnos. Ganar, intentarlo, donde nadie lo ha hecho supone una plusvalía emocional, una motivación con la que paliar otras noticias menos halagüeñas, como la posible incidencia del estado físico de algunos jugadores que llegaron tocados de Múnich. El Dominion visita esta tarde (19.30) al campeón de invierno, logro que el Valencia ha alcanzado por tercera vez en su historia. Sólo que esta ocasión es más epatante por hacerlo con su casillero de derrotas a cero. Un rival que impone, aunque no intimida a los hombres de negro. Recuerdan los de Sito Alonso -y él especialmente- cómo tuvieron a los de Pedro Martínez con pierna de trapo en la primera vuelta en Miribilla, un partido que los de casa pudieron y debieron facturar, el mismo que se les escurrió entre los dedos tras dos agónicas prórrogas. Escaparon vivos de aquel asalto los levantinos y así pudieron seguir modelando un récord impresionante que prolongaron por espacio de 28 encuentros oficiales, sumados los de Liga Endesa y Eurocup.

Son ambiciosos los hombres de negro, aunque todo apunta a apostar con moderación a su favor. Mientras Sito Alonso mantiene su apertura de miras para equilibrar la pegada del equipo pese a la baja vital de Begic, su colega Martínez llora la ausencia de Van Rossom pero tiene a un tal Jordi Trias como decimotercera ficha. Cuantificar lo gastado en nóminas sería un ejercicio de abuso taronja. Redondeando, disponen en la Fonteta para hacer el equipo de la misma cantidad que en Miribilla, sólo que con un cero más a la derecha. Y aún así, el Dominion persigue el sueño de reafirmarse como ese rival al que todo el mundo teme cuando se presenta en cancha ajena. La victoria en Múnich le ha hecho mucho bien, tanto como daño la derrota del Valencia en Limoges. El conjunto galo, como el bávaro, también descendente de la Euroliga, ha dado con la tecla para desactivarle. Es el único que se ha permitido derrotar a los levantinos. Y lo ha hecho dos veces en una semana. Renovados los franceses con Bo McCalebb y el sobreactuado Vujosevic en el banco, supieron en ambos encuentros llevar a su terreno al equipo español, sometiéndole al limitar su comodidad para buscar los tiros de tres, contestando en la medida de lo posible su facilidad reboteadora y convirtiendo cada rendija en una vía de penetración. Sin olvidar que el fuego se combate con fuego, traducido en no amilanarse por el contacto y el desgaste físico.

El Bilbao Basket no conoce la derrota en Europa lejos de Miribilla y sólo ha perdido en Liga Endesa en Barcelona, Murcia y Fuenlabrada. Lo resumía Sito Alonso tras ganar en el Audi Dome de Múnich el miércoles. «Lo que hacemos fuera de casa no tiene nombre». Aunque podría traducirse como contundencia, constancia, decisión, tesón, honradez o calidad. Argumentos que el técnico espera alinear convenientemente para mantener la pujanza de su equipo incluso donde quien va se siente de entrada un poco víctima ante un oponente que se jacta -puede hacerlo- de no saber perder. Otra cosa es lo que se puede desprender de la lectura que hizo Pedro Martínez después de que el Limoges le pintara la cara también en el parqué de Beaublanc. «Ha sido una vergüenza lo que estaba haciendo el técnico rival. Ellos les han dicho de todo y a partir de la técnica que les han pitado los árbitros se han cagado miserablemente. Nos hemos descentrado al no ver una igualdad en el trabajo arbitral. A partir de la técnica el partido ha sido un vale todo». También hubo proclamas contra los colegiados por la derrota en La Fonteta.

Pista fiable

Lo vivido en Múnich puede dar una pista fiable para saber cómo puede plantear el partido un Dominion que necesita soluciones eficaces para que no sea evidente su inferioridad interior. Modélica interpretación continental ante los de Pesic, dejando en modo testimonial la incidencia estadística del gigante Bryant y el coloso Deon Thompson. Los taronja tienen dos cincos puros que se reparten milimétricamente el protagonismo. Sikma y Hamilton pueden combinarse con Shurna -ya se ha afeitado su poblada barba tras dejarla crecer más de tres meses mientras el equipo no perdía- y Dubljevic, con el agravante para los de Miribilla de la facilidad que tienen para abrir el campo y en ocasiones pisar el territorio de los aleros. Con Bogris estelar en la entrega y Hervelle doblando posiciones -colosal el belga en el último cuarto en Alemania-, seguro que Mumbrú será puntualmente reclamado al cuatro, demarcación por la que también pueden asomar Mendia y un Dejan Todorovic que se viene arriba cuando los partidos son físicos.

En la conducción y el juego medio es donde ambos rivales cuentan con el abanico con mayor superficie. Con la particularidad de que Sito Alonso debe recurrir a todo su arsenal en el ya habitual sistema de rotaciones frecuentes mientras Pedro Martínez tiene su foco permanente colocado sobre Rafa Martínez y San Emeterio. El capitán se ha reinventado cuando le daban como hombre de propuesta residual y el cántabro juega más que Sato y Lucic juntos. La llegada de Antoine Diot, que comenzó en Miribilla su inclusión en el grupo tras estar lesionado, le permite al Valencia relativizar la baja de Van Rossom, compartiendo el galo la batuta, aunque su naturaleza sea la de escolta, con Guillem Vives. Puestos a recordar, los hombres de negro barren para casa y evocan el pasado curso cuando ganaron en sus dos visitas a La Fonteta.

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